Esta vez los malos resultados no fueron la noticia más importante del fin de semana. A la espera del partido con Barracas Central y con cada vez menos chances de cumplir el objetivo de permanecer en Primera, el Arse sufrió un revés inesperado durante las últimas horas.
Ayer fue una tarde muy movida para el mundo Arsenal.
¿Qué pasó? Dos juveniles han decidido dejar de formar parte del club. Por un lado, Nahuel Frascone –uno de los mejores valores de la Reserva- estaba dentro del grupo que la dirigencia venía negociando para firmar contrato, pero el mismo juvenil dejó de dar respuestas en las últimas semanas. En paralelo, comenzó a trabajar con un representante que no tenía anteriormente y recibió una propuesta de otro intermediario para irse a jugar al exterior (probablemente a Emiratos Árabes, precisamente, al mismo equipo que Kruspzky). Se fue sin dar aviso. De un día para otro y de una manera repudiable.
Por otra parte, el arquero Bursich, que tiene contrato hasta Diciembre, determinó unilateralmente no renovar. Por este motivo, desde la dirigencia tomaron la decisión de bajarlo a Reserva durante los próximos meses hasta que finalice el vínculo. La información que recibimos fue que está en búsqueda de tener continuidad y oportunidades en Primera. Muchos rumores en RRSS lo vinculan al Elche –club del que es propietario Bragarnik- pero no hay nada oficial ante eso. El arquero formaba parte del plantel profesional y entrenaba regularmente con el primer equipo.
Ambos casos son distintos y pueden analizarse de diferente manera, pero hay algunos denominadores en común a tener en cuenta. Los dos jugadores están en Reserva hace bastante y no han tenido posibilidad de demostrar su nivel en Primera, probablemente porque los DT de turno aún no consideran que sea el momento. En base a esto y a promesas de continuidad con mejores contratos es que decidieron romper relaciones con Arsenal. Esta problemática viene pasando en el fútbol argentino hace muchos años y el Arse nunca fue la excepción. En recientes declaraciones a HDA, Lara Grondona admitió que era un tema a mejorar en el corto plazo, pero, desgraciadamente, dos jugadores con proyección se van libres y sin dejar dinero en las arcas del club.
Si bien es cuestionable y reprochable la actitud de los juveniles, desde el club también hay falencias por no encontrar las maneras de evitarlo –al igual que en varias instituciones del país-. Quizás sea momento de que los clubes afectados se movilicen y logren un apoyo desde la AFA, de lo contrario esta fuga de recursos seguirá ocurriendo bajo las sombras de empresarios que solo buscan su propio bienestar. Desde el lado de los jugadores, han decidido no dar declaraciones.
Lo que quedará en Sarandí de ellos son los derechos de formación para lograr un porcentaje en futuras ventas y una sensación de disgusto por abandonar de esta manera a la institución que los formó como personas y futbolistas.