Así fue como Arsenal le ganó a Boca, con la historia futbolística de la vieja guardia (como cuando jugaba Yacuzzi) metió, corrió, se defendió con orden y se quedó con tres puntos de oro.
Las primeras palabras de Federico Vilar cuando asumió la responsabilidad de ser el nuevo técnico fueron las de armar una estructura sólida para consolidar el equipo. Y frente a Boca se empezó a ver un poco de esa estructura. Es más, me animaría a decir que en los primeros cuarenta cinco minutos en Tucumán también se buscó esa idea de juego con distintos intérpretes, pero el resultado final cambio la visión de todo.
Ayer ante el conjunto de la Ribera la bendita estructura comenzó a consolidarse durante todo el partido. Con dos líneas de cuatro bien definidas, que por momentos era de cinco, con dos volantes centrales firmes y con la posibilidad de soltarse cuando la jugada lo permitía. Con Toloza recostado por la Izquierda buscando un hueco para jugar y para encontrar ese cambio de frente que permitia habilitar a Souto en algunas de sus arremetidas, y adelante dos puntas, dos que corrieron y apretaron muchas veces las salidas de los defensores de Boca. Así de cortito, de metedor y de luchador fue Arsenal. Y ganó un partido bien ganado. Donde nunca sufrió ante un rival con buenos jugadores, pero en un flojo nivel.
Otra buena noche de Breitembruch y de Pombo, de arriba ganaron siempre y se mostraron firmes a la hora de atacar su marca. Centurión cumplió a la altura de sus compañeros de zaga y tanto Souto como Spörle se mostraron atentos para defender y fueron importantes a la hora de atacar sobre todo cuando el juego de Arsenal se inclinaba por la izquierda de la defensa de Boca. En una de esas proyecciones de Souto, él mismo genero el tiro de esquina que terminó en el gol de Pombo.
Peña (lejos el más constante siempre en todos los partidos para jugar y marcar) a veces confía mucho en su capacidad de juego y termina cometiendo algún error, pero sin dudas siempre marca la medida de juego del equipo. Muscia jugó menos en ofensiva para el equipo, pero corrió y defendió más que nunca. Toda esta estructura defensiva le permitió al equipo de Vilar dejar jugar a Boca donde no lastimaba con la pelota, la movía de un lado al otro, pero nunca tuvieron un espacio para generar juego y lastimar el arco de Medina.
Al cabezón una sola vez lo llamaron a participar y dijo presente tapando un remate potente de Merentiel. El partido siempre se jugó como lo quiso jugar Arsenal, es cierto que no generó situaciones de peligro claras (salvo algún que otro remate desde afuera del área) pero siempre tuvo el partido en su radar. Cuando se quedó con un hombre de más y uno pensaba, sentado en la tribuna, que el equipo saldría unos metros más adelante para liquidar el partido, decidió seguir jugando igual, sin regalar espacios, metiendo y corriendo, sin dejar pensar al equipo rival y sin darle alguna chance de poder empatar el partido.
Los más increíble y emocionante de la noche fue gritar el gol al mismo momento que se aplaudía recordando la memoria de un muy buen jugador como Javier Yacuzzi (mejor persona) solo el fútbol puede tener estas casualidades hermosas que te da la vida, que llegue el minuto 24 (mismo dorsal que usaba yacu) que haya una pelota parada (cuántas pelotas paradas ejecutadas por él terminaron en la cabeza de algún compañero para gritar gol) que la misma termine en la cabeza de Breintenbruch y que en segunda instancia sea desviada por Pombo, con una hermosa repentización tirando un taco para que la pelota acaricie la red exploten las miles garganta de los hinchas que se hicieron presentes en el Viaducto.
Ojalá que por fin este sea el punto de inicio de la salvación, que sea el triunfo donde se consolide la estructura de equipo que quiere el nuevo cuerpo técnico, sin dudas siempre que uno recuerde y tenga presente la historia que lo formó como persona o en este caso como un equipo de futbol, hará que todo lo actual sea más fácil de llevar adelante para de esa manera poder pensar en un próspero futuro. Creer o reventar dice el refrán, de acá seguiremos creyendo porque ya sabemos que no solo creemos los que estamos acá abajo sino también los que están allá arriba, si no pregúntele a Yacu.