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Hoy: Esteban Dreer 

Esteban Dreer: “Limia me enseñó a ser lo que soy hoy”

El arquero, de larga y exitosa carrera en Ecuador, se animó al #VivoHDA y recordamos juntos sus años en Arsenal: la espera para ser titular, el debut y la salida. Además, las dificultades que afrontó al quedarse sin club y los mejores momentos de su carrera en Deportivo Cuenca, Emelec y su llegada a la selección ecuatoriana. .

En esta oportunidad fuimos a buscar a Esteban Dreer, un guardavalla criado futbolísticamente en Sarandí, pero que hace mucho vive en Ecuador. Desde su casa en Manta, el hoy arquero de Liga de Portoviejo comenzó hablando de la situación que Ecuador atraviesa por el coronavirus: “Se puso difícil, y se va a poner cada vez más difícil, es importante no mirar para el lado político y estar más unidos que nunca. Hay que apoyar a Guayaquil, que es la ciudad que más sufre, cuidarnos y estar unidos”. Además, añadió los aportes que el ambiente del fútbol realizó para ayudar a quienes más lo necesitan: “Tanto los clubes como los jugadores que han estado en el exterior, la Federación y Liga Pro están colaborando. Se han hecho eventos a beneficio vía internet que han recaudado mucho dinero”.




Sobre su llegada al Arse desde Mendoza, Dreer contó que, a pesar de quedar rápido, sufrió hasta el final en el momento donde supo de su pase de Liga a AFA en inferiores: “Me probé y quedé. Siempre recuerdo que empezaron a dar la lista de los jugadores que iban a seguir y no me nombraban… hasta que el último nombrado en la lista fui yo. Salí del club re contento. Desde ahí seguí el camino hasta el plantel superior como cuarto arquero”. Tras esa llegada al plantel de Primera, al arquero le sugirieron un movimiento que terminó siendo clave para su destino personal: “Cuando firmo contrato, Burruchaga me dice que vaya a préstamo para jugar. Me fui a Santamarina de Tandil y eso me cambió la vida porque conocí a mi mujer allá. Hoy ya llevamos veinte años juntos”.


Continuando con su historia en el Viaducto, el Rifle cuenta lo importante que fue para él tener por delante a Alejandro Limia, a pesar de su larga espera para hacerse con el arco: “Cuando vuelvo del préstamo, habré estado más de dos años de suplente de Ale Limia. Una vez cuando estábamos por jugar con Central, él tenía 39° de fiebre, pero me dijo: “No te voy a dejar el arco, vas a aprender que el día que lo tengas no lo vas a querer soltar”. Él me enseñó a ser lo que soy hoy”.



Cuando Limia sale, la oportunidad de Dreer bajo palos se da reemplazando a Darío Sala, que no había empezado bien. Sobre aquello, el arquero recuerda un particular momento: “Él venía sin pretemporada de EEUU, creo. Después de un partido con Quilmes, perdíamos 2-0 y la gente empezó a cantar “ponelo al pibe…”. Al siguiente partido, Bianco me dice que iba a atajar yo. Me sentía muy tranquilo porque estaba re preparado, tenía unas ganas terribles después de tantos años”. Otra linda historia de su estreno en Primera tiene a dos grandes figuras del fútbol como protagonistas, nada menos que Navarro Montoya y Maradona: “Antes de mi debut, con Argentinos, me llama Navarro Montoya, que es mi ídolo, por intermedio de mi representante para desearme lo mejor. Después de que jugamos me entero que Diego vio el partido, donde justo me tocó atajar dos buenas pelotas, y opinó que tenía muchas condiciones. Fue increíble”.  

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No obstante, su historia como titular en Sarandí tuvo una abrupta interrupción y, desde que se lesionó el hombro en el final de aquel Apertura 2005, Dreer terminó volviendo a tener que pelearla desde atrás: “Cuando terminó el torneo en el que jugué, me estaba recuperando de la lesión y me pidieron que le dé el cupo al equipo para incorporar. Tenía una calentura terrible, pero lo tuve que aceptar así que trabajé para recuperarme con ‘Chiqui’, el médico, que me ayudó un montón. Ese año llegan Nacho (González) y Willy (Caballero), dos monstruos de los que aprendí muchísimo”. Tras esos seis meses, el arquero relató lo que fue el comienzo del fin de su paso por Arsenal y su pase al fútbol lituano: “Al semestre siguiente, Nacho y Willy se van, llega Mario Cuenca y yo iba a quedar de segundo arquero. Faltando pocos días para que cierre el mercado, llega Orcellet. Le dije a Alfaro que si peleábamos por el puesto estaba todo bien, pero terminó yendo al banco siempre él así que busqué salir de cualquier forma, hasta que se dio lo de Lituania”.



Finalizada su experiencia europea llegaron los meses más duros de su carrera, en los que la plata escaseó, las oportunidades no llegaban y el apoyo de su mujer y su suegro fue vital para seguir: “Cuando vuelvo de Lituania quedo libre y sin club, así que estuve seis meses entrenando en La Candela con ‘Coqui’ Raffo, que se portó genial conmigo, hasta que apareció lo de Deportivo Cuenca. Esa situación fue bravísima, muchas veces no teníamos para comer y me tenía que colar en el peaje para ir a entrenar. Gracias a Dios me ayudó mucho mi suegro, que nos prestó un departamento hasta que pudimos ahorrar para comprarnos una casita propia, y el apoyo incondicional de mi mujer que se bancó todas.”



Entramos en Ecuador, su experiencia allí y el pico de su carrera, Emelec, donde conquistó cuatro títulos, incluyendo un tricapmeonato entre 2013 y 2015. Sobre aquellos días, Dreer destaca lo mejor que tenía la hegemonía del cuadro Bombillo: “La época del tricampeonato, con la final contra Barcelona incluida, fue espectacular. Era un equipo que mantuvo sus nombres, reemplazó bien a los que se fueron y jugábamos de memoria. No había nadie que jugara como nosotros. Además, en los malos momentos había ocho o diez jugadores que sacaban el grupo adelante”.

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Otra de las grandes experiencias del arquero de 38 años es el haber alcanzado la convocatoria con Ecuador. Acerca de aquello, contó sus vivencias vistiendo la camiseta tricolor: “Cuando agarró Quinteros traté de mantener un buen nivel para que me tuvieran en cuenta, ya tenía la nacionalidad y el momento me llegó. Me tocó estar en las dos Copa América, incluso una en la que pasamos a octavos, también Eliminatorias… sentía que era mi momento y por suerte me fue bien. Esa selección jugaba muy bien, le jugaba de igual a igual a cualquiera, lamentablemente por cosas del fútbol no pudimos estar en el Mundial”.

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Este año, Dreer vio el final de su carrera en Emelec, en una determinación dirigencial que generó revuelo y sobre la que opina: “A lo mejor la decisión de ellos era tener un arquero más joven, tomar otro camino. Les deseo lo mejor. Yo sé cómo hice las cosas, sigo siendo el mismo y siempre seré frontal e iré con la verdad. Si me das una manera de salir elijo esta, con el cariño de la gente del club, el estadio lleno reconociéndome y el respeto de los hinchas de otros clubes por lo que soy como profesional”.

Además, cerrando, el arquero añadió que hace no mucho pudo haber llegado al fútbol argentino, pero priorizó la estabilidad de su vida en Ecuador, donde se siente a gusto: “Hace unos años tuve chances de volver a Argentina, propuestas de dos o tres equipos importantes, como lo fue una propuesta de Racing, pero tengo mi vida acá. Tengo mi casa en Guayaquil, voy a Tandil de vacaciones y me voy a quedar acá”.



Por Juan Sáber (@juancesaber) 

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